Día mundial contra el trabajo infantil

Esta semana hemos “celebrado” el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, una jornada que se conmemora cada 12 de junio desde 2002, año en el que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) lanzó por primera vez esta iniciativa.

La jornada pretende concienciar de la magnitud del problema, aunando esfuerzos para erradicar esta triste realidad mediante la acción conjunta de gobiernos, sociedad civil, medios de comunicación y muchos otros actores locales, como escuelas y ayuntamientos. Este año la jornada se centra de manera especial en abordar el efecto de los conflictos y los desastres naturales en el trabajo infantil.

200 millones de personas son, anualmente, víctimas de desastres naturales.

Se estima que en la actualidad hay más de 1.500 millones de personas que viven en países afectados por conflictos bélicos o situaciones de especial violencia e inestabilidad. A este elevado número hay que sumarle otros 200 millones de personas que, anualmente, son víctimas de desastres naturales de considerable importancia. 

Estas cifras son por sí mismas desalentadoras, pero es más devastador saber que un tercio de toda esa población que sufre, son niños. Estos niños son especialmente vulnerables, dado que, de forma habitual, son las escuelas y los servicios básicos necesarios para su crecimiento los primeros que se ven afectados al inicio de un conflicto.

Es muy complicado atajar el trabajo infantil en zonas de conflicto.

Es muy complicado atajar el trabajo infantil en zonas de conflicto, toda vez que subyace una realidad bélica que suele tener su origen en problemáticas políticos o de lucha de poder. En estas situaciones, es muy complicado garantizar el bienestar de ninguno de los individuos afectados, ni tan siquiera de los niños.

FOTOGRAFÍA POR DIEGO MENJÍBAR
FOTOGRAFÍA POR DIEGO MENJÍBAR

En un momento en el que cuesta asegurar que se cumpla la Declaración Universal de Derechos Humanos o, incluso, la Convención de Ginebra, se antoja muy complicado poder promover iniciativas educativas que aparten definitivamente a los niños de la explotación laboral.

Nicaragua no es un país en guerra, asimismo los niños de nuestras prestatarias tienen acceso a la escuela de forma reglada. Pero este acceso formal a la escolarización, no implica que no sufran problemas derivados de situaciones familiares de pobreza severa.

Muchos de los niños de Chinandega tan sólo hacen una comida al día.

De este modo, muchos de los niños de Chinandega tan sólo hacen una comida al día, comida que además suele estar compuesta básicamente de tortilla de maíz y sal, por lo que el rendimiento de estos niños y niñas que acuden a la escuela mal alimentados se reduce drásticamente dada su menor capacidad de atención y concentración.

Desde Microwd creemos que una de las mejores maneras de brindar una educación correcta a estos niños (alejando de este modo el fantasma del trabajo infantil), es logrando que sus padres tengan una fuente de ingresos confiable con la que poder sustentarlos.

Porque tu inversión puede ser su cambio ¿Te unes?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *