¿Es sostenible el desarrollo de China?

Hasta mediados de 1970, la República Popular de China seguía una economía planificada a imitación de los planes quinquenales soviéticos. Con la muerte de Mao, los dirigentes del partido decidieron abrir su economía al mercado, configurándose así el llamado socialismo de características chinas. Esta transformación ha permitido al país convertirse en el segundo PIB del mundo y en la mayor potencia exportadora. Ahora bien, ¿es sostenible el desarrollo de China?

El modelo económico chino se ha basado en el fortalecimiento e impulso de la industria. A ello hay que sumarle el cuidado de otros sectores clave de la economía china, como el agrícola. Los resultados de las reformas no se hicieron esperar: la apertura económica ha dado lugar a un crecimiento anual tendente al 10%, que se ha mantenido constante durante tres décadas.

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No obstante, en los últimos años, economistas como Joseph Stiglitz han argumento la inviabilidad del crecimiento chino.

Al gran papel que tienen la exportación y la importación hay que sumarle la importancia de la inversión, como así demuestran la cantidad de fondos chinos que financian los déficits fiscales de los países occidentales. Es precisamente la importancia de estas actividades lo que preocupa a los economistas: el consumo sólo supone un 36% del PIB.

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Es por ello que muchos analistas señalan que China debe cambiar su modelo, no centrándose tanto en la exportación y la inversión, sino potenciando el consumo dentro del país. La idea de base es garantizar no tanto la apertura hacia afuera, sino más bien hacia dentro. Lo que demandan es una legislación fuerte que impulse la iniciativa privada de los pequeños emprendedores. Esto, a la larga, permitirá aumentar el poder adquisitivo del grueso de la población, con el consiguiente crecimiento del consumo.

Desde Microwd creemos en el poder de los microcréditos para impulsar la iniciativa privada en países en los que la legislación da poco margen de maniobra. Estos préstamos, además, llegan a personas a las que las entidades bancarias tradicionales no apoyarían.

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