Las mujeres de Nicaragua, fuertes, valientes, trabajadoras, siguen viviendo bajo el yugo de una sociedad heteropatriarcal muy marcada y visible, que las somete, en cierta medida, debido a la fuerte presencia religiosa que se vive en el país. Basta con leer el lema del FSLN, el partido gobernante, para darse cuenta hasta qué punto la religión lo inunda todo: “Nicaragua socialista, cristiana y solidaria”. La reciente noticia de una mujer quemada viva por un pastor de la Asamblea de Dios que, según él, estaba poseída por el demonio, corrobora cuál es el nivel de fanatismo en este país centroamericano.
Pikara Magazine documentó el movimiento feminista nicaragüense en Managua
June Fernández, de Pikara Magazine, documentó en 2014 el movimiento feminista nicaragüense en Managua, y lo dejó plasmado en una serie de crónicas que relató desde aquí. Para las mujeres del norte del país el pasado 8M fue como cualquier otro día del año, dedicando una larga jornada al trabajo y no a manifestarse para que se reconozcan sus derechos como mujeres y que su situación de sumisión frente a los hombres cambie de una vez.
Aquí todas las personas son creyentes y predican la palabra de Dios según una u otra interpretación: hay católicos, evangélicos, testigos de Jeová…dentro de los evangélicos están los alventistas, sabatistas, bautistas, Asambleas de Dios, Ministerios de su Gloria y un largo etcétera. ¿Es la religión un aliciente al machismo incrustado del país? Sí. ¿Es ese el único motivo? Ni por asomo.
La cultura limita el papel de la mujer a la servidumbre
La cultura también limita el papel de la mujer a la limpieza de la casa, al cuidado de la familia y, en definitiva, a la servidumbre. Lo común aquí es que a partir de los 15 años, niñas que deberían jugar con muñecas queden embarazadas, convirtiendo lo que hace pocos días fuese un juguete en seres de carne y hueso, que acaban, como mínimo, con su infancia. Y la educación, sesgada por la inmensa influencia católica de la cual ni los profesores son capaces de deshacerse, trata inútilmente de concienciar a las niñas de que no mantengan relaciones hasta el matrimonio, mientras a su alrededor adolescentes comienzan a casarse y a tener hijos.
Algunos compañeros me comentan que “en Nicaragua es normal la infidelidad”. Ahora bien, del hombre hacia la mujer, nunca viceversa: “Que mi mujer se vaya con otro no se lo consiento”. Le comenté a un amigo que en España las relaciones de pareja se entienden como un vínculo que se respeta bastante más que aquí. Le dije que no me parecía bien que si un chico se acuesta con distintas chicas se le considere un fiera, un macho, un ganador, mientras que si una chica hace lo mismo, es tratada de facilona. Lo peor fue su respuesta: “Aquí se dice que la llave que abre todos los candados es una llave maestra, mientras que el candado que se deja abrir por cualquier llave es un candado que no sirve”. No hace falta decir nada más acerca de esta reflexión, que define el pensamiento general masculino nicaragüense.
Una forma de que las mujeres tomen conciencia de su independencia y libertad es Microwd
Por eso, una forma de empoderamiento de las mujeres, de que tomen conciencia de su independencia y libertad, de que salgan adelante por sí mismas, es a través del micropréstamo que les concedemos en Microwd. Esta ayuda económica les permite ser mucho más autosuficientes respecto al marido. De esa autosuficiencia se deriva que actúen con mayor libertad, decidan por sí mismas en qué van a invertir el dinero y soliciten la cantidad que ellas deseen. Así, paso a paso, las mujeres van independizándose de ese patriarcado asfixiante y severo en el que viven, convirtiéndose en dueñas de sus negocios, de sus animales, de sus máquinas, de sus granos…en definitiva, de sus vidas.
¡Tú también puede contribuir al empoderamiento de las mujeres nicaragüenses!
