Cada día aparece una nueva fórmula o ecuación que nos resuelve algún problema, nos permite evolucionar o simplemente nos hace la vida más fácil.
Desde el punto de vista de las inversiones, casi cualquier problema se puede resolver con una fórmula (matemáticas) y/o con un correcto asesoramiento financiero (psicología). Lo importante es entender en qué se invierte y tener claros los riesgos.
En este sentido, se ha producido una disrupción en el sector financiero con la entrada de los gestores automatizados o “roboadvisors”, los cuales aportan soluciones que eran impensables hace unos pocos años, con el objetivo de lograr que la inversión sea una tarea sencilla, barata (con menores costes, mayores serán los beneficios) y accesible para casi cualquier patrimonio.
“¿Una máquina nunca podrá hacer el trabajo de un asesor?”
Aunque sus detractores justifican que una máquina nunca podrá hacer el trabajo de un asesor, por ejemplo conteniendo las emociones de un inversor ante movimientos de los mercados, lo cual es totalmente cierto, muchos inversores están indignados con el servicio de asesoramiento que han recibido en el pasado y prefieren tomar sus propias decisiones.
Sin embargo, la tecnología y la creciente automatización de prácticamente todo lo que nos rodea provoca cierta preocupación sobre nuestro futuro. ¿Cuál será la oferta de trabajos dentro de 10 o 20 años? ¿Qué habilidades serán las más demandadas? Según algunos estudios, los trabajos del futuro incrementarán la colaboración entre humanos (el trabajo en equipo) para diseñar las tareas que deben desarrollar las máquinas y el valor demandado en el trabajo cambiará de las habilidades cognitivas a las sociales. Es improbable, si no imposible, que una máquina pueda relacionarse con un humano del mismo modo que lo hacemos entre nosotros.
“La poderosa fuerza de la empatía entre seres humanos”
En Microwd hemos apostado desde el principio por la poderosa fuerza de la colaboración y empatía entre seres humanos, fomentando la relación y compromiso entre prestamista y prestataria a través de mensajes, vídeos o teleconferencias, pero también hemos hecho muchos esfuerzos a nivel tecnológico ya que creemos que ambos conceptos deben recorrer el camino de la mano.
Por poner un ejemplo, acabamos de crear un algoritmo para la concesión de nuevos créditos que jerarquiza a las mejores pagadoras en función de un sistema de buenas prácticas. También hemos creado una aplicación que optimiza la gestión de la operativa de nuestras contrapartes y estamos mejorando la formación que les ofrecemos a las emprendedoras.
El cambio a nivel global se va a producir a diferentes velocidades y uno de nuestros retos es que avancemos todos “a ritmo de algoritmo” intentando que nadie se quede demasiado retrasado.
AUTOR: Álvaro Chocano