En Microwd dedicamos toda nuestra energía a que las mujeres, o bien fortalezcan sus negocios, o bien comiencen un nuevo proyecto empresarial. Tenemos varios objetivos: empoderarlas, amortiguar el impacto que la pobreza ejerce en ellas y sus familias, mejorar su vida diaria, responsabilizarlas de los pagos mensuales, establecer relaciones directas entre el inversor y la beneficiaria del crédito, conseguir que Nicaragua se desarrolle económicamente…
Es por eso que desde Microwd ponemos atención en cada sector de la vida de la mujer para tener información de cuál es el impacto que tienen los créditos en su día a día. Aspectos como los ingresos, la calidad de la casa, la escolarización de los hijos, la seguridad alimentaria, la salud, etc. son importantes para tener una visión global de la realidad de las familias nicaragüenses, y así saber en qué segmentos de su vida existen mayores dificultades. En este post vamos a explicar cómo son por dentro los hogares de las zonas rurales de Nicaragua.
La pobreza vista desde dentro
Los materiales de los que están hechas las casas dependen de la economía de cada familia. En las comunidades rurales la mayoría son de adobe (una mezcla de tierra arenosa y arcillosa, estiércol vacuno o equino y agua). La combinación de estos elementos forma un conglomerado, que se mete en moldes para obtener la forma deseada. De ahí se amontona y se deja secar, y se construye la casa de acuerdo a la cantidad de adobe que se disponga y de lo grande que se quiera construir. También se construye con ladrillo cuarterón o bloque de cemento, aunque estos materiales son más caros y no son tan comunes en las casas de los campesinos.
Obviamente, las casas de adobe presentan muchas deficiencias: el agua en estación de lluvias puede debilitar la estructura; no son demasiado resistentes a los terremotos, muy frecuentes en Nicaragua; si no se “repella” (se cubre superficialmente con cemento), se corre el riesgo de que la estructura se desestabilice más rápidamente. Por otro lado, se mantienen más frescas que las de cemento, algo que se agradece en un país cuya temperatura no desciende nunca de los 20ºC.
El hogar nicaragüense suele tener suelo de tierra
Adentrándome en el interior de las casas rurales de Nicaragua, descubro cuáles son sus características principales: ninguna de las más de 20 que he visitado disponen de váter, sino que hacen sus necesidades en letrinas; tampoco he encontrado ninguna casa que disponga de ducha, sino que se bañan llenando un cubo de agua, cuando se dispone de ésta si no se ha terminado. Como es de esperar, en la Nicaragua rural ninguna casa dispone de agua caliente; la mayoría de las casas tienen suelo de tierra, y solo alguna que otra dispone de embaldosado o simple cemento.
Además, muchas de ellas tampoco tienen ventanas, sino que la única entrada de luz externa son las puertas. Los techos de las casas son fundamentalmente de dos tipos: de teja o de zinc. La teja mantiene la casa más fresca, aunque el punto negativo es que cuando llueve forma enormes goteras. El zinc, en cambio, no deja pasar el agua pero mantiene la casa muy caliente y, como por lo general son casas bajas, es normal estar a altas temperaturas en el interior de estas. La situación “perfecta” para las familias, según cuentan: un techo de teja para mantenerla fresca encima de una lámina de zinc para que no deje pasar el agua.
La palabra “pobreza” no debe ser un simple término
A la hora de cocinar, las dificultades también son varias: pequeñas cocinas de gas para las que pueden, mientras que las que no, hierven y fríen en fogones hechos de barro y piedra, dentro de los cuales hacen fuego y colocan las ollas.
En Microwd recogemos toda esta información, la estudiamos, y la damos a conocer al mundo para que la ayuda llegue y, sobre todo, para asegurarnos de que esa palabra tan común y tan dura como es ‘Pobreza’, no quede en un simple término.
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