Riesgo y rentabilidad de una inversión social

Los dos conceptos clave de cualquier inversión son el riesgo que estás dispuesto a asumir y la rentabilidad que te gustaría obtener. La rentabilidad es el precio del riesgo. Cuanto mayor es la rentabilidad objetivo, mayor suele ser la exposición al riesgo.

Al realizar una inversión social, existe un componente humano que proporciona un retorno emocional. Este beneficio puede incluso ser suficiente, como así lo perciben muchos de los inversores de la Comunidad MICROWD. Sin embargo, para que la inversión de impacto se generalice en la sociedad, es importante que también aporte un rendimiento económico que es, en definitiva, lo que la diferencia de una donación.

Rentabilidad

La rentabilidad esperada depende, entre otros factores, del horizonte temporal de la inversión. Los inversores deberían exigir una mayor rentabilidad a medida que el periodo de la inversión sea mayor.

Para hacernos una idea de las rentabilidades que se pueden obtener con los diferentes tipos de activo, mostramos a continuación el famoso gráfico Ibbotson SBBI de Morningstar que se publica anualmente (este en concreto se encuentra en el blog de la firma de asesoramiento financiero Carroll Financial).

En este gráfico se puede ver:

  • La evolución que hubiera tenido 1$ invertido en el año 1926 hasta 2017.
  • Las rentabilidades anuales (desde 1926 hasta 2017) de los principales tipos de activo: Mercado Monetario (Treasury Bills o letras del tesoro: 3,4% anual), Renta Fija gubernamental (Government Bonds: 5,5%) y Renta Variable de grandes compañías (Large Stocks: 10,2%) y pequeñas compañías (Small Stocks: 12,1%). Además, incluye la inflación o pérdida de poder adquisitivo (2,9%), que habría que restar a cada activo. 

La diferencia entre las rentabilidades obtenidas se justifica por el distinto riesgo asumido. Por ejemplo, al invertir en activos sin riesgo (mercado monetario o Letras del Tesoro) o al realizar inversiones altamente arriesgadas (acciones de pequeñas compañías).

Ibbotson-SBBI 2017
Gráfico – Ibbotson-SBBI 2017

Es aconsejable invertir de forma diversificada, con un largo horizonte temporal

Durante los últimos 90 años se han producido numerosas crisis en los mercados financieros. Algunas han tardado más que otras en recuperar lo perdido. No obstante, un inversor que se hubiera mantenido fiel a su política de inversión, reinvirtiendo los beneficios o dividendos, habría obtenido unos rendimientos parecidos a los del gráfico, en el largo plazo. Por ello, es muy aconsejable invertir de forma diversificada, con un largo horizonte temporal y no dejarse llevar por los vaivenes de los mercados.

Lo mismo puede ocurrir si planteas la inversión en MICROWD con un plazo temporal medio/largo y vas reinvirtiendo las cuotas recuperadas. MICROWD aporta hasta un 12% de rentabilidad anual en moneda local, siendo alrededor del 7% la media histórica. Las emprendedoras se comprometen a devolver el crédito en 12 meses, pero si no lo consiguen, se les da facilidades para que, en la mayoría de los casos, terminen devolviendo su deuda, incluso después de los 24 meses, que es cuando se consideran los créditos como fallidos. 

Riesgos

Los riesgos financieros que se asumen al invertir son múltiples y entre los principales se encuentran: el riesgo de complejidad (no entender dónde se está invirtiendo), el riesgo de liquidez, de mercado, de divisa, de inflación, de crédito, de concentración, riesgos geopolíticos, legales, operacionales, de contrapartida, etc.

Los riesgos de invertir en MICROWD se pueden resumir básicamente en 3:

  • El riesgo de impago del crédito: derivado principalmente de una mala evolución del negocio o de problemas de salud de la emprendedora o de la familia a su cargo.
  • Riesgo de divisa: al invertir en euros pero conceder los créditos en moneda local (dólares, soles o pesos) el tipo de cambio puede depreciarse entre el momento de la inversión y el reembolso. La divisa (FOREX) es de los activos con mayor volatilidad el mercado.
  • El riesgo del país: que se produzcan factores políticos o económicos que impidan el normal funcionamiento de los negocios financiados o incluso catástrofes naturales que afecten a ciertos sectores. También existen riesgos globales, como la pandemia que estamos sufriendo actualmente con el COVID-19.

La diversificación de riesgos es un principio fundamental de la inversión y los mercados financieros. Invertir en una amplia variedad de activos no correlacionados permite reducir el riesgo y disminuir la volatilidad.

Tanto en la inversión puramente financiera como en la inversión social, se debe tener muy claro este principio, por lo que es aconsejable diversificar correctamente las carteras. En MICROWD se puede conseguir invirtiendo en numerosos créditos de distintos países y sectores, lo que además aporta un mayor impacto social de la inversión.  

 *La información facilitada en este artículo no debe entenderse como una recomendación de inversión o como asesoramiento financiero.

AUTOR: Álvaro Chocano [Relación con inversores]

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