Álvaro Pérez-Plá, responsable del equipo de operaciones en Microwd nos cuenta en qué consiste su trabajo y el de su equipo. Además nos explica su experiencia previa en el entorno de las empresas sociales y mira a futuro imaginando donde estará Microwd a medio plazo.
¿Cuál es tu trabajo en microwd? ¿Cuáles son las mejoras / retos para este 2018 en tu departamento?
Me encargo de gestionar la parte operativa. Desde el momento en el que un inversor realiza la inversión es mi responsabilidad que el dinero vuelva a sus manos con la mayor rapidez, menor riesgo y mayor rentabilidad.
Intento hacer que los procesos sean más ágiles y que se estandaricen para ganar eficiencia. Por otro lado me encargo de extraer información sobre cada una de las contrapartes para poder saber dónde estamos fallando. Desde operaciones servimos de enlace con las contrapartes locales con las que trabajamos. Gestionamos los recursos humanos, nos encargamos de las contrataciones, de las formaciones y de cualquier otro tema administrativo para lograr que los proyectos que empezamos lleguen a la fase de desarrollo.
En 2018 tenemos el reto de bajar la tasa de préstamos fallidos por debajo del 2%, abrir proyectos en 4 nuevas comunidades con las formaciones y temas burocráticos que eso conlleva y mejorar el sistema informático operativo para poder dar servicio a alrededor de 1.000 inversores que financien unos 8.000 préstamos. Parece complicado… pero ya vamos por la mitad del reto.
¿Cuál es tu experiencia previa con microcréditos / empresas sociales?
Antes de empezar a trabajar en Microwd estuve viviendo 4 años entre Kenia, Zambia y España. Soy fundador y director de una ONG que se dedica a crear un desarrollo sostenible en una comunidad determinada.
¿Cómo lo hacemos? Acelerando empresas sociales y apostando por la educación. Hemos creado una cooperativa de crédito para que sirva de paraguas de todos los proyectos que empezamos. De esta manera, las empresas sociales aceleradas dan parte de sus beneficios a la cooperativa de crédito y de ahorro para que sea esta la que, una vez tenga suficientes beneficios de las distintas empresas sociales, pueda elegir nuevas iniciativas empresariales a las que incubar.
Por otro lado, la cooperativa de crédito y de ahorro sirve como banco para las personas de la comunidad, que antes no tenían acceso a uno. Depositan sus ahorros y piden créditos. Hemos hecho un programa de microcréditos junto a ex-trabajadores de Intermon Oxfam que poco a poco va dando sus frutos.
¿Cómo ves Microwd dentro de cinco años? ¿Hacia donde avanza el proyecto?
Más de la mitad de la población no tiene acceso a la banca tradicional, no tiene acceso a pedir un crédito. La tecnología avanza y hace que no sea necesario que la banca sea la única empresa que pueda dar servicios que antes solo ofrecían ellos mismos.
Ahora hay empresas de crowdlending, que ofrecen depósitos bancarios, que invierten tu dinero en distintos productos financieros y todas estas empresas se posicionan en un entorno digital que los bancos aún no llegan a comprender ni saben aprovechar por lo obsoletos que están sus sistemas y lo difícil que es readaptar todo tu negocio.
Microwd es una de estas empresas, y su futuro dependerá de cómo avance la legislación. Pero si el viento juega a nuestro favor puede llegar a convertirse en algo rompedor. Estamos acercando a personas que quieren invertir a un producto que es social y que tiene mucha más rentabilidad que otros productos financieros.
El proyecto avanza hacía el uso de la tecnología para acercarse más al inversor y a las prestatarias. En poco tiempo será posible que la mujer pague desde su teléfono móvil y que el inversor vea desde el suyo en tiempo real como evoluciona su inversión. En 5 años, ¿quién sabe al ritmo al que evoluciona el mundo?