Ayer fue el día Internacional de la Mujer, una celebración a nivel mundial que sirve para conmemorar de forma histórica el empoderamiento femenino. Cualquier iniciativa que conceda poder a un colectivo desfavorecido socioeconómicamente para que, mediante su autogestión, mejore sus condiciones de vida puede ser considerada una iniciativa de empoderamiento. Y desde Microwd consideramos el microcrédito como una herramienta adecuada para promover el empoderamiento de las mujeres de Nicaragua.
En una sociedad tan pobre como la de Chinadega, el acceso a recursos monetarios y al incremento de la generación de fondos mensual, supone una mejora de la calidad de vida indudable para toda una familia. En este sentido, no debemos pasar por alto el género de quien genera los fondos. En la familia tradicional de Chinandega es el hombre el que mantiene la generación de fondos familiar. Dicha generación de fondos viene dada (mayoritariamente) por trabajos esporádicos en el campo, siendo los hombres contratados como jornaleros en épocas de siembra y recolección. Esa generación de fondos propios, es irregular para la familia, toda vez que depende de si el marido es contratado o no, o incluso si es pagado o no en el momento acordado.
“Los hombres no destinan cantidades significativas a ahorrar para gastos imprevistos y necesidades futuras”
Una vez recibe su jornal, es el hombre quien decide la distribución de ese dinero, dando (por lo general) una parte a su mujer para cubrir las necesidades básicas familiares y quedándose otra parte para el disfrute personal del varón. Este esquema lleva a agudizar aún más los efectos que ya tiene por si misma la irregularidad en la generación de fondos por parte de la familia nicaragüense, dado que los hombres no destinan cantidades significativas a ahorrar para gastos imprevistos y necesidades futuras (demostrando con ello que son peores gestores que las mujeres).
“Para que las mujeres puedan ser independientes (…) es necesario que la generación de fondos de la familia pase por sus manos”
Para que las mujeres puedan ser independientes y librarse de las condiciones opresivas a las cuales se ven sometidas con este esquema de distribución de renta disponible, es necesario que la generación de fondos primaria de la familia también pase por sus manos. Es difícil que una mujer pueda ser contratada como jornalera en el campo (y si lo hace será en peores condiciones económicas dado su condición de mujer), por lo que la mejor salida a esta situación es el autoempleo.
Cuando una mujer solicita un préstamo a Microwd para montar o fortalecer financieramente su incipiente negocio, no solo se está procurando una fuente de ingresos más confiable que la del esquema familiar tradicional, también está garantizando para ella misma y su familia que la renta generada repercuta directamente sobre el bienestar familiar. Son las mujeres nicaragüenses las quetradicionalmente se ocupan del cuidado y educación familiar, así que (mientras esperamos el cambio de mentalidad de la sociedad de Nicaragua), la mejor manera de invertir en la educación y el bienestar de los niños y niñas de Nicaragua es dotar de recursos económicos a las mujeres de esta región.
Porque tu inversión es su cambio. ¿Te unes?
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