En el desayuno nos sorprende ver que no somos los únicos huéspedes. Resulta que por aquí se suelen quedar los técnicos independientes que auditan los contratos de infraestructuras que se ejecutan con financiación extranjera, y también algunos «inversionistas» (así los llaman). Uno de los primeros es el ingeniero Elías González, quien tras presentarse educadamente, nos pregunta quienes somos y qué nos trae por aquí.
– Yo soy David Alcover, economista de Valencia. Estamos aquí colaborando con Microwd, una empresa española que gestiona microcréditos para mujeres. Acabamos de llegar, así que aún estamos adaptándonos.
– Y yo Agustín Medina, también ingeniero como tú, de Madrid. Y bueno, estoy aquí porque me gustó mucho el proyecto y me apetecía cambiar el trabajo estándar en España por una experiencia diferente y que además de tener sentido económico generara un impacto positivo en la sociedad –
El Ingeniero González nos mira incrédulo, acepta las respuestas pero se nota que no acaba de entender por qué dos titulados universitarios, a los que no parece que persiga la justicia, querrían abandonar lo que para los nicaragüenses es la tierra prometida, a cambio de un proyecto en el departamento de Chinandega.
¿A qué vienen por aquí los inversores?
– Oiga Don Elías – no sé por qué me ha dado por tratar a todo el mundo de «don» desde que llegamos acá – ¿A qué vienen por aquí los inversionistas?
– Pues hay de todo. Acá con dólares se pueden hacer buenos negocios. Los hay que van buscando terrenos, acuerdan un precio con el agricultor, y a cambio de invertir en todo lo necesario para poner en marcha la explotación, se quedan con el beneficio. También vienen ganaderos y hasta buscadores de oro gringos, que hacen prospecciones y si detectan una veta compran los derechos de explotación al dueño del terreno, que por otro lado, no tiene capacidad para explotarlo.
– ¡Vaya! a esos tíos los he visto por la tele, creo que salen en un programa del canal Dmax en España. ¿Entonces hay buenas oportunidades de inversión?
El país está en pleno crecimiento, lo único que falta es dinero
– Absolutamente. El país está en pleno crecimiento, lo único que falta es dinero, pero gracias a Dios poco a poco va llegando.
La conversación se acaba porque tenemos que salir a la carrera, ya que dos técnicos de Microwd nos esperan con sus motos a la entrada para acercarnos hasta el Nancital 2, el poblado donde está instalada nuestra oficina, y que queda a 20 minutos de aquí.
Vamos de paquete, y apenas hay tráfico por la carretera, aunque en varias ocasiones debemos ralentizar la marcha para atravesar grupos de vacas que ocupan toda la calzada. Cuando creemos haber llegado, nos desviamos para recorrer un camino pedregoso y escarpado de 2km, que parece ser que será asfaltado en breve con financiación japonesa.
Tres días, dos gallopintos y un escorpión después de nuestra partida, por fin llegamos a nuestro destino y estamos listos para empezar a trabajar.
AGUSTÍN MEDINA
