Nos hacemos una pregunta… ¿Qué pasaría si tuviéramos competencia?
Bien, tengo cuatro posibles respuestas:
A) Quebraríamos instantáneamente.
B) Acabaríamos entre todos con la pobreza extrema.
C) Se acabaría la oferta de préstamos a mujeres.
D) Tendríamos que pensar la mejor manera de batir al mercado.
Sólo tengo una respuesta segura para la D, tendríamos que ser más creativos para batir al mercado, de esto estoy seguro. ¿Qué vendría después? Un producto mejor por nuestra parte y probablemente un producto mejor de la competencia.
Al final, los empresarios y las respectivas empresas fundamentalmente se dedican a abaratar costes para dar el mismo servicio; o dar mejor servicio con los mismos costes que en el pasado. El mundo de los negocios no tiene mucha más historia, tristemente para mi.
En cuanto al punto A (quebrar instantáneamente). No creo que ocurra, la quiebra está directamente relacionada con la captación de fondos y el repago de los mismos.
Si atendemos al punto C (se acabaría la oferta de préstamos a mujeres)… puedo decir con seguridad que hay 1.000 millones de mujeres que podrían necesitar nuestros préstamos. Solo debemos tener una visión clara como empresa.
Y dejo para el final el punto B (acabar entre todos con la pobreza extrema) es, además del más positivo el que creo más factible de los cuatro. Os aseguro que la pobreza extrema acabará pronto y será gracias al ser humano, a la bondad del mismo, a su inteligencia, capacidad de trabajo, de vivir en comunidad, de ser sociable, de negociar…
Ya lo dijo Yunus “acabaremos viendo la pobreza solo en los museos”.
AUTOR: Alejandro de León.