La verdadera historia de los microcréditos: ¿Fue realmente Muhammad Yunnus un pionero?
A pesar de que el consenso mayoritario sería situar el origen del fenómeno económico más importante del siglo XX en Bangladesh en el año 1976, con la acción de Muhhamad Yunnus, lo cierto es que hay una experiencia previa en un país latinoamericano: Brasil. En la ciudad de Recife en el año 1973 la ONG Acción Internacional comenzó a operar con préstamos centrados en un nicho de mercado al que no llegaban los bancos con el objeto de sacar de la pobreza a los más pobres.
El caldo de cultivo ideal fue el éxodo rural que vivía el país desde mediados de los 60 y que se mantenía con fuerza a principios de los 70 con campesinos abandonando sus tierras en busca de un futuro mejor en las grandes urbes brasileñas. Eso forjó el caldo de cultivo ideal para la primera experiencia organizada en el campo de los microcréditos que se encuentra documentada. Como ellos mismos explican:
«Cuando comenzamos este programa (en 1973), no había ninguna fuente de préstamos para la gente pobre. Los banqueros y la comunidad en general no creían que las personas indigentes tuvieran la inteligencia, la capacidad o la entereza moral, de pedir préstamos y pagarlos.»
A pesar de ello, en su primer año de vida los microcréditos tuvieron una tasa de devolución del 99,5%, desmontando el mito que evitaba que las capas mas pobres de la sociedad brasileña pudiesen acceder a la financiación. Durante la década siguiente expandieron su modelo a 14 países latinoamericanos a través de socios locales.
El hecho de que los microcréditos surgiesen de forma casi simultánea en dos países situados a tanta distancia nos hace ver la confluencia de problemáticas de desarrollo en todo el planeta, así como la oportunidad del microcrédito como novedad financiero/tecnológica para aportar financiación al desarrollo a pequeña escala.
La pionera labor de Acción Internacional ha quedado ensombrecida durante todos estos años por la irrupción de Yunnus y su Grameen Bank poco tiempo después.
Desde el equipo de Microwd queremos reconocer la labor de Acción Internacional que con su proyecto abrió la puerta a tantas otras iniciativas que, como nosotros, creen en los microcréditos como herramienta fundamental para erradicar la pobreza en el mundo. Ellos creyeron en los que nadie más creía y consiguieron un mundo mejor.
Nosotros queremos dar un paso más, por ello ponemos en contacto a inversores solidarios en España con mujeres sin recursos en Nicaragua, para seguir avanzando en la mejora del mundo.
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