Pensé que íbamos a dar microcréditos a mujeres y no lo hicimos. Aún seguimos sin hacerlo.
Cuando conocí el modelo de negocio de Microwd, lo vi claro, era sólido, el camino a la inversión de impacto. Acudes a una comunidad con gente que busca oportunidades y negocios poco desarrollados; la demanda es mayor que la oferta porque la comunidad está creciendo.
Inyectas capital a las mujeres más cracks de la comunidad, sus negocios crecen, hay más dinero en la economía, se gasta más y todos los negocios de alrededor crecen, claramente las mujeres tienen dinero para devolver los créditos y la comunidad se desarrolla. El teorema de la telaraña que ya analizó Nicholas Kaldor en 1934. Era hermoso pos su sencillez.
Pude compartir un ratito con más de 500 mujeres extraordinarias
Como con todo lo que parece demasiado sencillo, llegó la realidad y me sacó de mi sencillo “error”, para hacerme entrar en otro aún más enrevesado que aún sigo disfrutando. Durante nuestro viaje a Perú visitamos todas las comunidades donde Microwd había concedido créditos, pude compartir un ratito con más de 500 mujeres extraordinarias y notaba que de algo no me estaba dando cuenta, había algo que aún no veía.
Tacna, sur de Perú, 22 mujeres que tenían un crédito con Microwd reunidas, una pregunta para romper el hielo: ¿qué significa tu negocio para ti? “crecer”, “mis hijos, mi proyecto”, “independencia”, “mi sueño”, “mi fuerza”. Amalia acabó contando con lágrimas cómo había sacado a su hijo adelante, no eran lágrimas de pena, eran lágrimas de orgullo.
En lugar de agradecernos nuestra buena voluntad, nos hablaron de su fuerza y su éxito
En ese momento empecé a ver qué era ese “algo”: para Janira, Marta, Ana, Keisi, Paola, no estábamos allí porque tenían un crédito con Microwd, estábamos allí porque tenían su propio negocio; alguien les había dicho que eran mujeres extraordinarias y que por eso confiaba en ellas. Ellas se lo habían creído y lo estaban demostrando. Y vaya si lo hacían, hasta la mujer que se había retrasado en sus pagos participó, hoy Aquila está pagando su crédito. Podían habernos agradecido nuestra buena voluntad para conseguir más créditos, en vez de eso hablaron de su fuerza y su éxito.
Ese día me di cuenta de que Kaldor tenía razón, aplastante lógica del mercado. Eso sí, las mujeres no buscaban créditos con bajos tipos de interés, acudían a nosotros buscando oportunidades de cumplir lo que María Elena llamó “su sueño”. Eso significaba que no nos iban a devolver el dinero porque tuvieran miedo, sino porque se sentían orgullosas de ser Mujeres Extraordinarias. Si queríamos que la Inversión de Impacto de Microwd fuera rentable, teníamos que potenciar el concepto de Mujer Extraordinaria entre ellas.
Cuando alguien tiene pasión por crecer y le pones el primer escalón, lo aprovecha con la misma fuerza que gratitud
Las lágrimas de orgullo de Amalia me convencieron de que la Inversión de impacto es rentable porque cuando alguien tiene pasión por crecer y le pones un primer escalón, lo aprovecha con la misma fuerza que gratitud.
Pensé que íbamos a dar microcréditos y lo que hacemos es dar oportunidades a mujeres que se las merecen.
AUTOR: Jesús de la Escosura [COO de Microwd].