Llevo 12 días en Chinandega y ya me dicen que soy una nicaragüense más. Están siendo unos días muy intensos. En el post de hoy, quiero hablaros de cómo es mi vida en la Comunidad de Nancital y cuál es el trabajo que realizo con el equipo de ADENOCH. Así que allá voy con mi segunda crónica desde Chinandega.
Mi trabajo básicamente consiste en aprender cómo funciona todo el sistema: desde la selección de las mujeres hasta el repago del préstamo, para poder ver cómo mejora su situación y cómo podemos ayudarles. Además, estoy haciendo muchos vídeos y fotos para poder dar a conocer la realidad de estas mujeres y todo lo que Microwd les ayuda.
En estos días he tenido la oportunidad de hablar con gente increible. He conocido decenas de mujeres y familias a las que estamos ayudando, o están esperando un crédito que definitivamente les ayude a mejorar su situación.
Hoy he hecho una visita muy especial. He conocido a Maria del Carmen, a Belquis y a Yefer, que son parte de una familia a la que apoyé hace unos meses a través de Microwd. Y digo familia, porque aunque los créditos se conceden a mujeres, estoy viendo como esto repercute a todos los miembros con los que conviven cada una de ellas.
Maria del Carmen fue la beneficiaria del crédito que yo apoyé tan sólo con ver la información de su foto, su situación personal y el objetivo del crédito. Lo hice porque sabía que en esta región las mujeres tenían un 100% de repago. Lo que no sabía era que tenía tanta repercusión en una situación familiar.
Mi crédito ayudó a Maria del Carmen a comprar un ternero, darle de comer (pastoreando que le llama) y después venderlo y generar recursos para su hija Belkis y su nieto Yefer, además de los demás miembros con los que ellos viven.
Están muy contentos con Microwd, y dicen que de otra forma no hubiera sido posible acceder a financiación. Fue una alegría haberla conocido, espero poder apoyar a más mujeres como ella en el futuro, y poder volver a llevarme una sonrisa y un abrazo como los de Maria del Carmen.