Solo con entrar en la sección proyectos de nuestra web, uno se da cuenta de que gran parte de las financiaciones que solicitan nuestras emprendedoras son para lo que hemos venido llamando “fortalecimiento” de su negocio. Por eso, queremos explicar mejor en qué consiste (en la mayor parte de los casos) dicho fortalecimiento.
La mayor parte de las empresas utilizan financiación para su activo circulante. ¿Qué es el circulante? Un activo circulante es un bien o derecho líquido o que puede convertirse en líquido en menos de un año. Es decir: las existencias, la tesorería, las deudas pendientes de cobro con vencimientos cercanos… Pero en mayor medida en nuestro país las empresas, los bancos y los gestores, identifican circulante con las existencias que mantiene una empresa.
Pues bien, la mayor parte de ese circulante se financia por las empresas. Es lo que comúnmente se llama “financiación a corto plazo”, y sirve sobre todo para financiar a la empresa (y que pueda seguir funcionando), desde el momento en que compran los materiales para fabricar un bien o producto, hasta el momento en el que cobran por su venta. Hay multitud de opciones para las empresas para financiar ese circulante: póliza de crédito, préstamos a menos de un año, descuento de facturas y pagarés…
La mayoría de los negocios de nuestras emprendedoras son pequeños comercios.
La mayor parte de los negocios de nuestras emprendedoras son pequeños comercios. Nuestro proyecto aún no está tan arraigado como para haber creado una industria, a pesar de que también se financian por nuestra mediación pequeños negocios industriales. Es por esto que las necesidades de financiación que mantienen son más simples que las de una empresa española. Nuestras mujeres no mantienen tesorería (el dinero se invierte en su totalidad en el destino indicado), derechos de cobro con diferentes vencimientos (venden al contado), ni tampoco IVA pagado acreditable.
Cuando hablamos de “fortalecer” su negocio, estamos hablando de que puedan financiar la compra de una mayor variedad de productos, el desplazamiento que les supone tener que ir a comprar estos productos a localidades más pobladas y lejanas, así como el tiempo que transcurre hasta su venta.
En ocasiones la primera financiación posibilita la creación del negocio.
Hay muchos casos en los que lo que se está financiando es la primera compra de existencias por parte de mujeres que antes no tenían negocio alguno, toda vez que las pulperías suelen establecerse en la propia casa de las mujeres, dando con esta primera financiación la posibilidad de crear su propio negocio. En definitiva, financiando su circulante (que en ocasiones es todo el patrimonio del negocio), hasta que puedan vender sus productos y recuperar su dinero con beneficios.
Las mujeres de nuestros proyectos no mantienen una contabilidad analítica o de costes, pero sí observan que gracias a los microcréditos que reciben a través de Microwd, su calidad de vida y la de su familia se ven mejoradas. El impulso que reciben con los microcréditos es tan fuerte, que cambia radicalmente sus vidas.
Porque tú inversión es su cambio. ¿Te unes?