CRECIMIENTO Y VULNERABILIDADES EN MICROFINANZAS (I)

En febrero de 2010 la  CGAP (Grupo Consultivo de Ayuda a los Pobres), una sociedad dependiente del Banco Mundial, publicó un informe titulado “Crecimiento y vulnerabilidades en microfinanzas”. En dicho informe se estudiaba la evolución de la industria de las microfinanzas en cuatro países (Nicaragua, Bosnia-Herzegovina, Pakistán y Marruecos)  desde 2004 hasta 2010.

En pleno 2015 puede parecer que este estudio carece de interés dado el lapso de tiempo transcurrido, no obstante, desde Microwd consideramos que en él se abordaban temas que a día de hoy, no han perdido vigencia ni en dichos países, ni en el nuestro, como son: el incremento del crédito, el aumento de los impagados, los movimientos sociales que llevan a la desafección de las entidades de crédito, así como las posibles soluciones al estallido de la burbuja crediticia.

Según datos proporcionados por Microfinance Information Exchange el sector tuvo un crecimiento anual de activos del 39%. Como comparativa, entre los años 2001 y 2007 en España (en plena burbuja inmobiliaria) las empresas no financieras españolas incrementaban su endeudamiento entre un 6 y un 7% anual. Este espectacular crecimiento de las microfinanzas vino de la mano de inversores privados, toda vez que hasta la fecha el sector se nutría de donantes de fondos y Gobiernos. Dicho crecimiento asimismo estuvo impulsado por la confianza de las Instituciones Microfinancieras (IMF) en su misión social de llegar cada vez más a los pobres y a las personas que no cuentan con servicios bancarios. Asimismo, hubo incentivos para el crecimiento de dichas instituciones, dado que que los protagonistas más importantes recibían el financiamiento, la influencia nacional y el reconocimiento internacional por la importante labor realizada.

Este crecimiento inusitado tuvo, al igual que en España, consecuencias económicas inesperadas una vez se inicia la crisis financiera mundial en 2008.

Llegándose a tasas de morosidad del 22% en Nicaragua e incluso a movimientos organizados por parte de prestatarios con fuertes conexiones políticas que iniciaron un incumplimiento sistemático de sus obligaciones mediante el movimiento “no pago”. Este movimiento comenzó entre marzo y abril de 2008, por protestas entre varios productores rurales de carne que protestaban ante lo que consideraban tasas demasiado elevadas de los préstamos, así como reacción ante la entrada en prisión de 30 productores, por órdenes de autoridades locales del Poder Judicial, que ordenaron su arresto por “desvío de prenda”, a solicitud de un par de financieras. A través de movilizaciones públicas y acciones de presión, lograron la liberación de sus colegas, consiguiendo así una victoria política.

Mientras que las garantías de clientes morosos fueron legalmente ejecutadas, aunque por lo general los clientes guardaron el control de los activos pues el gobierno no contribuyó a hacer cumplir las decisiones judiciales. Esta crisis tuvo momento muy duros como secuestros de personal de las IMF y clientes, disparos de balas y morteros contra el personal de las sucursales. No obstante, más allá de dichas confrontaciones, el movimiento provocó la quiebra del banco microfinanciero BANEX, así como la desaparición de la cartera de crédito de dos tercios de las IMF que operaban en el país.

Esta caída de la actividad comercial ha provocado que el coste de captación de recursos por parte de las IMF sea en la actualidad mucho más elevado que hace una década,  dado el empeoramiento de la calificación de riesgo país de Nicaragua. Ha pasado del puesto 9 al 14 en importe de cartera crediticia, provocando que el coste de los microcréditos para los beneficiarios se haya encarecido notablemente.

Es en este momento tan complicado para las microfinanzas en Nicaragua por el recuerdo del movimiento “no pago” y el consiguiente repliegue de las entidades microfinancieras en el país donde Microwd cobra más fuerza que nunca. Defendemos una nueva forma de inversión para los españoles , así como una nueva relación de los beneficiarios nicaragüenses con sus financiadores. Es por este motivo que hemos limitado la tasa a pagar por los beneficiarios en el 20%, situándonos en una región que ya conocemos desde hace años y estableciendo una relación más personal y amable entre inversor y beneficiario.

Porque nosotros sí creemos que tu inversión puede ser su cambio. ¿Te unes?

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