En un post de la semana anterior comenzamos a hablaros del informe “Crecimiento y vulnerabilidades en microfinanzas” publicado por el CGAP (Grupo Consultivo de Ayuda a los Pobres) donde, tal y como os explicamos, se estudiaba la evolución de las microfinanzas en cuatro países (Nicaragua, Bosnia-Herzegovina, Pakistán y Marruecos) desde 2004 hasta 2010.
El informe se hacía eco de la burbuja de crédito vivida en estos cuatro países en esos años debido al sobreendeudamiento al que se abocaron a varios estratos de prestatarios, así como el aumento de impagados que se produjo después.
En este post vamos a estudiar las causas de esta burbuja financiera que ha llevado a la existencia de movimientos como el “no pago” en Nicaragua que os explicamos en el post anterior.
Podemos estudiar tres causas principales de los problemas que a principios de la década vivió el sector microfinanciero de los países emergentes que, aunque propios de dicho sector, podemos hacer extensivos a países europeos como Islandia, Irlanda o incluso España. Dichos factores fueron:
- Concentración de la competencia en un mismo mercado y financiamiento múltiple. Las IMF suelen dar prioridad a los mercados con mayor actividad económica y con mayor densidad de población por lo que se incrementa la posibilidad de superponerse con otras mismas IMF que se implantan en esas mismas áreas por ese mismo motivo. Las IMF entienden que los primeros participantes examinan y capacitan a los nuevos prestatarios, mientras que los que llegan más tarde pueden evitar estos pasos preparatorios iniciales. Esta concentración de IMF conlleva que los prestatarios son menos dependientes de una única organización, así como que pueden conseguir mayores importes (toda vez que las IMF comparten el riesgo en caso de impago). De este modo, al tener múltiples posibilidades de financiación, los prestatarios pueden no cumplir con el pago a una IMF pero su conservar su relación de financiamiento con las restantes.
- Exigencias de crecimiento. El crecimiento del crédito llevó a las IMF a verse sometidas a nuevas exigencias que en algunos casos no fueron correctamente gestionadas. Los responsables de las IMF intentan ahorrar costes mediante la reducción de la frecuencia de las reuniones grupales, la agilización del análisis de los préstamos o el uso de una nueva infraestructura de otorgamiento de créditos. Esta exigencia llevó a descuidar las relaciones personalizadas que son esenciales para la calidad de los créditos.
- Deterioro de la disciplina crediticia de las IMF: Las actitudes y prioridades de los responsables de las IMF pasaron al personal de primera línea que recibía primas económicas por el buen desempeño a corto plazo (crecimiento en préstamos y cuota de mercado). Asimismo, la incorporación de mucho personal nuevo en poco tiempo puede significar que el nuevo personal no esté preparado para realizar su trabajo. En cuatro años las IMF en estos cuatro países incorporaron aproximadamente un 40% de personal nuevo todos los años. No siempre el personal estaba correctamente gestionado y formado.
En el próximo post os mostraremos las lecciones que el sector microfinanciero ha aprendido de esta crisis de pago que llevó en Nicaragua al movimiento “no pago” a principios de la década pasada. No obstante, en Microwd somos conscientes de todas las enseñanzas que podemos extraer de esta situación tan reciente en el tiempo. Es por ello que mantenemos una relación personal con nuestro socio local ADENOCH con el que nos une una trayectoria de colaboración extensa en otros ámbitos sociales mediante la labor de la ONG YOOOU, por lo que nuestro estudio del riesgo crediticio es más completo que el que pueda hacer una IMF convencional (todo estudio del riesgo se basa en el conocimiento del prestatario), lo que permite que nos podamos centrar en el mercado local de Chinandega al que o bien no acceden las IMF convencionales o bien lo hacen en condiciones mucho más gravosas que nuestros prestamos solidarios en los que puedes invertir desde España.
¿Te unes?