Las mujeres nicaragüenses representan un poco más de la mitad de la población de Nicaragua, y con el aporte de su trabajo, se han erigido como pilares fundamentales de la economía nacional.
Las mujeres generan el 40% del producto interno bruto de Nicaragua, no solamente son mayoría demográfica, y amas de casa, sino que en el ámbito económico son de suma importancia, ya que con su trabajo aportan casi la mitad de la riqueza del país.
La participación de la mujer como jefa de hogar se ha incrementado a lo largo de los últimos años.
La familia compuesta por el padre, la madre y los hijos (nuclear), es el estereotipo de familia que el sistema patriarcal ha querido imponer en la mente de los nicaragüenses. Sin embargo, la realidad muestra que la familia nuclear no es la predominante. La migración de miles de hombres y mujeres hacia otros países en busca de trabajo para enviar dinero y garantizar la supervivencia familiar, ha obligado a que muchos hogares se junten para garantizar el cuidado de los hijos y reducir costes.
Los datos de FIDEG han mostrado que la pobreza no tiene rostro de Mujer, sino que Nicaragua tiene rostro de pobreza, y que la pobreza de las mujeres radica en la exclusión a la que han sido sometidas en la distribución de los beneficios del desarrollo como es la tierra, el crédito, la asistencia técnica y la capacitación, los datos de este estudio muestran una situación de deterioro en las condiciones de vida de las mujeres jefas de hogar.
Hombres y mujeres generan ingresos para la manutención de sus familias. Las investigaciones de FIDEG muestran que del total de los ingresos generados por las personas que tienen un empleo, el 68.7% lo aportan los hombres y el 31.3% las mujeres. Las investigaciones muestran que por lo general el ingreso de las mujeres está en un 33% por debajo del ingreso de los hombres, todo ello como consecuencia de la forma desigual en que hombres y mujeres se incorporan al mercado de trabajo.
Las mujeres le dan mucha importancia a la alimentación, salud y educación de su familia y no les queda dinero para ahorrar. Como muchas mujeres afirman, cuando reciben su dinero ya lo deben en la pulpería o en la farmacia.
Las mujeres ganan mucho menos que los hombres y todo lo que perciben lo tienen que gastar.
Las mujeres solas, jefas de hogar, no tiene nadie que les apoye en la manutención de sus familias, por lo tanto, les es imposible ahorrar. Debido a la fuerte irresponsabilidad de muchos hombres, ellos entregan a las mujeres solamente una parte del dinero que ganan. La mujer tiene que aportar todo su dinero para cubrir todas las necesidades del hogar. Es decir, que la ayuda que las mujeres aportan les permite a los hombres ahorrar.
Estudios internacionales han demostrado que cuando se le da empleo a una mujer, se le está dando empleo a una familia, se está garantizando la supervivencia de un colectivo.
Esta desigualdad en los ingresos entre hombres y mujeres, ocasiona que siendo la mujer en su mayoría cabeza de hogar, la familia esté condenada a vivir en pobreza. “Es decir que la discriminación de las mujeres en términos de ingreso hace que el nivel de pobreza sea mayor, y el nivel de bienestar menor”, “Si las mujeres disfrutaran de equidad en términos de ingresos laborales, el nivel de ingreso y bienestar de los hogares sería mucho mayor”.
Ya sabes que si quieres ayudar, financiando a estas mujeres, les estas facilitando su independencia y con esta las de sus hijos y con la de sus hijos, ayudas al futuro del país.