Buenas de nuevo:
Tras la reunión de equipo, os resumo qué es lo que nos pasa por la cabeza en este momento:
– Tenemos verticales, como os he contado en ocasiones anteriores, pero el crédito decidirá si nuestro negocio crece como queremos o si seguimos siendo una empresa pequeña.
– Alrededor del crédito hay varias formas en las que podemos mejorar la vida de la mujer. Formas que redundan en que mejorarán los repagos. Por ejemplo, darle el crédito con tarjeta, darle un microseguro, darle educación o darle apoyo de cualquier tipo.
– Esta visión de diversificación puede ser la ventaja competitiva que ofrecemos de cara a nuestras clientas. Al final, no seremos solamente una microfinanciera, sino un ecosistema de servicios que les ayudará a progresar.
– Para innovar de esta manera y aplicar ingenio, necesitamos talento. Para tener talento debemos poder pagarlo; con dinero o con acciones. En nuestro caso, con ambas cosas. Y, además, retenerlo.
Con ganas, ingenio, creatividad y dinero para financiar talento, creo que tenemos todo para ser una gran empresa.
¿Y qué es para mi una gran empresa?
Una que beneficie a la mujer, porque mejora su vida, saca adelante a su familia y facilita que genere empleo. Una empresa que bata al mercado de valores para que tengamos más inversores cada año y, finalmente, una empresa rentable que beneficie a los empleados y accionistas que lo hicieron posible.
En unos años veremos.
Alejandro de León.