La pobreza es un fenómeno social que afecta a millones de personas en el mundo. No obstante, hay ciertos colectivos que sufren, en mayor medida, de privación económica absoluta o relativa. Según apuntan los informes de organizaciones como Ayuda en Acción, las mujeres representan el 70% de la pobreza en el mundo. Por ello, hoy intentaremos explicar qué es la feminización de la pobreza.
La feminización de la pobreza conlleva asumir que la mayor parte de los pobres del mundo son mujeres, y no sólo eso: es un proceso que tiende a agudizarse a medida que aumenta la población y se mantiene la brecha entre hombres y mujeres.
Hoy por hoy, en ningún país del mundo existe una igualdad real entre hombres y mujeres. No obstante, esta situación empeora en los países del Sur. En estos países, la vulnerabilidad de la mujer viene determinada por las condiciones en las que acceden al mercado laboral, su dedicación a tareas no remuneradas, sus déficits sanitarios y educativos, y la menor dotación económica y social que sus pares masculinos. La feminización de la pobreza es especialmente flagrante en tres grandes escenarios:
La familia
A medida que el entorno familiar deja de poder acceder al mercado, las mujeres han aumentado su tiempo de dedicación al trabajo no remunerado, que va desde las tareas del hogar y los hijos al cuidado de otros miembros de la familia.
El trabajo remunerado
El acceso de las mujeres al mercado ha empeorado en los últimos años debido a numerosos problemas. Las mujeres urbanas han visto cómo los recortes en el sector de lo público (la sanidad, la educación y la administración pública son, según PNUD, los sectores que más emplean a las mujeres) han lastrado su acceso al trabajo. Asimismo, se está produciendo un aumento de las mujeres que viven en la pobreza absoluta en el entorno rural. La inversión en capital humano continúa manteniendo un sesgo poco favorable para las mujeres, por lo que el desempleo femenino tiende a crecer.
La dotación de capital social por parte del Estado
Hombres y mujeres poseen diferente cartera de activos. El recorte de las políticas sociales ha provocado que las mujeres tengan menos recursos para cubrir sus necesidades y desarrollar sus capacidades.
El acceso al mercado laboral así como la creación de un marco legal que garantice el respeto a los Derechos Humanos son prerrequisitos fundamentales para conseguir acabar con la llamada pobreza de rostro femenino. En Microwd, queremos ayudar a que estas mujeres dejen atrás su precaria situación económica, haciéndolas partícipes de los procesos de toma de decisiones.
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