Irrepetible es Antonio Escohotado, como irrepetibles son sus 3 tomos de “los Enemigos del comercio” para dignificar al honrado trabajador que se levanta para comerciar como para descreer al académico que nunca ha tenido que vender nada.
Del comercio se leen aberraciones cada día, rara vez alguien en un periódico escribirá ¡qué bien lo hizo este o aquel país nórdico abriendo sus fronteras al comercio!, leeremos sin embargo: todo el gasto social, todo el civismo o la apertura de fronteras para inmigrantes.
La inmigración trae riqueza casi inmediata
¿Por qué a una parte de los seres humanos les causa tanta satisfacción el libre movimiento de personas pero no el de productos y capitales? Sobre todo, partiendo de la base de que nadie, en condiciones de prosperidad, optaría por abandonar su país, a su familia y sus amigos. En mi opinión, aclaro, la inmigración no sólo trae diversidad y aumenta la compasión y comprensión como país, si no que además trae riqueza de manera casi inmediata. Sin embargo, no quiero hablar de qué es lo mejor, por ejemplo, para España si no para un país con emigrantes.
Iré a un ejemplo que podría aplicarse a cualquier día en la vida de una emprendedora de Microwd. Imaginemos que acaba de recibir un préstamo por nuestra parte, y por poner un ejemplo, diremos que la mujer se dedica a la venta de perfumes.
Lo primero que tiene que hacer la mujer es madrugar y usar su ingenio para ofrecer algo que su vecina no ofrezca.
Propongo varias opciones con las 5Ps del marketing:
1- Que su producto sea mejor. Porque su proveedor sea mejor. Para conseguir un proveedor mejor hay dos opciones: dedicar tiempo a entender bien el producto o ir más lejos a buscarlo donde no vaya nadie más.
2- La segunda P sería el “place” en inglés. Nuestra mujer de Microwd tendría que buscar un sitio donde nadie más venda o donde venda la gente pero más caro. Para encontrar ese “place” adecuado se necesita tiempo e ingenio.
3- La tercera P sería el precio y también se le ofrecerían a la mujer dos opciones; la primera opción sería renunciar a su margen, aunque pueda ser una decisión temporal: vía ofertas, descuentos por cantidad o similar. La segunda opción sería ir a las soluciones planteadas en el punto uno y tener un proveedor que consiguiera las colonias más baratas.
4- La cuarta P es la que corresponde al personal, es decir, el ingenio de la señora o la persistencia dedicada a su cometido.
5. Por último, nos queda la promoción. El cómo lo vende la señora, el packaging, el “aderezo” al producto… ¿Cómo se “idea” un complemento o cómo se mejora la promoción? También 2 opciones: ingenio y/o tiempo dedicado.
Una vez que la señora tiene su producto y va a la plaza a comerciar ¿cuál sería el escenario ideal? Competir en igualdad de condiciones con el resto de vendedoras de perfumes, pudiendo ocurrir 2 cosas:
A) Que venda.
B) Que no venda.
Si vende, llegará la prosperidad a su familia. Si no vende, debe revisar las Ps y mejoras alguna de ellas.
¿Qué es el «clientelismo»?
Sin embargo, hay una alternativa, en el caso de no haber igualdad de condiciones que sería la C, que tuviera una ayuda extra que le permitiera vender sin ser un producto mejor que el resto, lo que se llamaría “clientelismo” en vez de capitalismo.
Los casos serían variados pero pongo dos ejemplos:
1- Que le compraran por pena, lo que no sería sostenible en el tiempo porque dejaría de dar pena y dejarían de comprarle devolviéndole en el medio plazo a la situación de volver a dar pena.
2- Que le compraran porque el estado da un beneficio al que compra a mujeres, a madres solteras, a madres con familia o similar (es sólo un ejemplo teórico). Dependería de la futura amabilidad del estado o de que ese y otro partido político perdurara en el poder. Cuando se acabara la ayuda, esa ventaja comparativa por el hecho de “ser algo” en específico desaparecería y tendría que volver para usar los mencionados tiempo e ingenio, habiendo perdido el tiempo que hubiera durado esa ayuda.
La compasión y las subvenciones no empoderan
Como hemos visto en casos simplistas pero efectivos, una ayuda artificial no es sostenible, entiéndase artificial que su consumidor no la elija a ella como proveedora estrictamente por sus méritos.
La compasión y las subvenciones, siendo ambas esporádicas, no la empoderarían a largo plazo, ni le permitirían progresar.
Os diré que para mi progresar es formar parte de pleno derecho de un espacio en ese mercado gracias al mérito o al ingenio, de manera completamente imparcial.
El mercado perfecto no entiende de amistades que lo distorsionen, no hay machismo, no hay xenofobia, no hay homofobia, no hay privilegios, no hay ganadores ni perdedores; un día gana uno porque trabajó más duro que el otro pero otro día llega el otro trabaja en sus Ps y consigue batirle yendo ambos cada día a casa a volver a trabajar en su oferta y en su producto o servicio, dedicando lo de siempre: TIEMPO y/o INGENIO.
Para que progrese un país se necesita seguridad jurídica por encima de todo, un mercado, que le permita a la gente presentar sus mejores productos y servicios, y ese maravilloso ingenio que nos hizo sobrevivir como especie. El resto: tiritas temporales.
AUTOR: Alejandro de León [CEO y Fundador de Microwd].