El estado de las microfinancieras en Nicaragua ha variado a lo largo del tiempo. No obstante, cabe recordar que Nicaragua no solo se vio afectada en su momento por la crisis económica mundial, sino también por crisis económicas y políticas internas, como el movimiento de los “No Pago”, que causaron serios estragos en esta industria entre el 2008 y el 2011.
En este contexto de crisis, las instituciones microfinancieras nicaragüenses sufrieron, entre otras cosas, el vertiginoso incremento del riesgo y cancelación de buena parte del financiamiento que llegaba del exterior, el aumento explosivo del costo de financiación y de los índices de morosidad o la drástica reducción de las carteras de préstamos y derrumbe de los niveles de rentabilidad. La situación derivada de la crisis económica internacional y, sobre todo, la ya mencionada conformación del “No pago”, un movimiento lanzado a mediados de 2008 por productores rurales en protesta contra lo que consideran tasas extremadamente altas (en ocasiones del 50%) constituyeron una bomba para este sector.
A pesar de ello en estos dos últimos años ha tenido lugar una clara recuperación del sector. La cartera de créditos de las microfinancieras de Nicaragua tuvo un crecimiento de 12.8% en el 2014, respecto al 2013. Si bien fue un crecimiento menor al 19.7% que obtuvo la cartera de créditos de ese sector en el 2013, es innegable que se trata de una señal de que las microfinanzas están en auge después de todas las crisis sufridas.
De hecho, las instituciones de microfinanzas que trabajan en la región siguen contribuyendo al desarrollo de los pequeños y medianos empresarios, pero se ha puesto de manifiesto la necesidad de redirigir los créditos a sectores más necesitados, como el área rural. Solo el 14.4% de la cartera de créditos de las microfinancieras van al sector de silvicultura y agricultura y solo el 12.9% al sector pecuario. En otras palabras, la tarea pendiente del sector de microfinanzas está en volver a financiar al sector agrícola y ganadero del país, pues el sector agropecuario acaparaba el 53% de la cartera de créditos de las microfinancieras antes del movimiento de los “No pago”.
Microwd centra sus esfuerzos en ayudar a la promoción y fomento de pequeñas empresas mediante la financiación de sus inversiones. La intención es facilitar el acceso a créditos a familias de ingresos reducidos, que tradicionalmente no tienen acceso a financiamiento por parte de la banca tradicional, financiando tanto el sector comercial (pulperías por ejemplo) como el sector agropecuario (cultivos y ganado) entre otros.
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