¿Cómo se puede calcular la pobreza?

Entendemos por pobreza la situación socioeconómica de la población que no tiene acceso a los recursos necesarios para satisfacer aquellas necesidades físicas y psíquicas que permiten obtener un nivel y calidad de vida adecuados. También puede hacer referencia a procesos de exclusión o marginalización social. Ahora bien, ¿cómo se puede calcular la pobreza?

A través de numerosas organizaciones internacionales, se han creado una serie de instrumentos que permiten calcular el desarrollo de las sociedades así como las desigualdades que existen en su seno. Los más destacados son el índice de Desarrollo Humano y el índice de Progreso Social.

El índice de Desarrollo Humano (IDH)

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Con desarrollo humano, se entiende el proceso por el que una sociedad mejora las condiciones de vida de sus ciudadanos a través de un incremento de los bienes con los que puede cubrir sus necesidades básicas y de la creación de un entorno favorable a los Derechos Humanos. En otras palabras, el desarrollo humano es la cantidad de posibilidades que tiene un individuo para desarrollarse libremente en la sociedad en la que vive. Cuanto mayores sean estas, mayor será el nivel de Desarrollo Humano.

Este indicador social se calcula a través tres grandes parámetros: la esperanza de vida al nacer, la tasa de alfabetización adulta, la tasa bruta de matriculación en estudios de diverso nivel y el PIB per cápita PPA. Se expresa con un número que varía entre el 0 y el 1. Cuanto más cerca esté del 1, mayor será el Desarrollo Humano de ese país.

El índice de Progreso Social (SPI)

El progreso social es la capacidad que tiene una sociedad para satisfacer las necesidades humanas básicas de los ciudadanos, decidir cuáles son las bases que permiten a una sociedad mejorar, y crear condiciones para que todos los ciudadanos puedan desarrollar su potencial. El índice mide hasta qué punto los países satisfacen las necesidades sociales y medioambientales de los ciudadanos.

pexels-photo-9816Se mide con 54 indicadores, que se engloban en tres grandes dimensiones: las necesidades humanas básicas, el bienestar fundamental y las oportunidades de progreso. En su medición, sólo incluye datos sociales y medioambientales, separándolos de los económicos.

Desde Microwd, creemos en el poder de los microcréditos como forma de empoderar y ayudar al desarrollo de aquellas personas que, por su condición socio-económica, no pueden acceder a los créditos tradicionales.

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