Microwd, una alternativa frente a la pobreza en Nicaragua

No se puede comprender la pobreza o la supervivencia hasta que uno no se da de bruces contra ella, hasta que no se siente en carne propia. No han pasado muchos días desde que llegue a Nancital 2, una pequeña comunidad campesina del norte de Nicaragua, y la vida aquí no es precisamente fácil. Las condiciones ambientales, de salubridad, sociales, laborales y económicas de estas personas dejan mucho que desear, y chocan todavía más en una persona que proviene de Europa.

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Fotografía por Diego Menjíbar

Uno reconoce el impacto que Microwd ha tenido en las familias pobres del norte de Chinandega en cuanto se habla con los locales. Los beneficios del trabajo colaborativo de la microfinanciera con la ONG ADENOCH (Asociación para el Desarrollo del Norte de Chinandega) se contabiliza además de con datos y estadísticas, simplemente con caminar por la comunidad. No deja de sorprender que mujeres tan pobres como las que viven aquí (sobreviven con 1 o 2 dólares al día) se comprometan tanto con el proyecto.

¿Cómo funciona Microwd?

Una mujer solicita un crédito de 500 dólares (el techo son 1000 dólares) a devolver en un plazo de 10 meses, con un interés del 20%. No se alarmen, continúen leyendo porque esta es la parte que más choca cuando se le explica a alguien el proyecto. Los motivos por lo que Microwd es la mejor opción para ayudar a las mujeres a salir del círculo de la pobreza son las pocas trabas y requerimientos que se les pide, en comparación a otras microfinancieras o bancos nicaragüenses. Lo único que se exige a las mujeres es el documento de identidad y una serie de datos familiares y laborales como tipo de negocio, estado civil, número de hijos, etc.

Como ya se comentó en posts anteriores, el tipo medio de interés en Nicaragua es del 36%, y tan solo un 2% de la población tiene acceso a un crédito mediante una institución bancaria. Además, a las mujeres que quieran pedir un préstamo en bancos o en otras microfinancieras se les exigen una serie de requisitos que no pueden asumir: escritura de la propiedad, nóminas de los últimos tres meses, avales… por ello Microwd es una forma honesta y eficiente de mejorar la situación de pobreza en la que viven muchos nicaragüenses.

Los microcréditos suponen un respiro para las solicitantes

La concepción del proyecto no puede reducirse a la simple idea del 20% de interés, ya que se  trata de una cuestión de escalas. Un ingreso de 500 dólares netos de una sola vez supone un respiro para estas mujeres, a las que además se les da un margen de dos meses para que, una vez consigan los primeros beneficios, comiencen a pagar. Los requerimientos que se exigen a las solicitantes de los créditos son muy simples: ni se requieren avales ni documentos especiales. Simplemente, una mujer solicita el crédito y se le entrega una vez que el inversor decida apostar por su proyecto de negocio (compra de ganado, venta de madera, pulpería…)

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Fotografía por Diego Menjíbar

Los microcréditos están en auge en Nicaragua, un país cuya economía depende casi en su totalidad de la agricultura y que vive inmerso en la pobreza, sobre todo en zonas rurales (casi el 70% de la población). He comprobado que, aunque no disponen de casi nada, lo poco que tienen lo comparten. Con muy poco podemos ayudar a que las familias de Nicaragua salgan de la pobreza. En Microwd tenemos claro que se trata de ayudar y no de seguir ahogando su economía, y las más de 400 mujeres que han solicitado un crédito con nosotros se han dado cuenta de ello.

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